jueves, 26 de diciembre de 2013

Cristobal.

Cristobal...Supongo que una buena manera de empezar a hablar de él podría ser contaros como le conocí, pero es que hasta en eso estoy confusa. Supongo que conocerle, conocerle a principio de curso ya que este año está en mi clase, pero ya sabíamos quienes eramos porque llevábamos unos cuatro años cruzándonos en  los pasillos con amigos en común, pero no hablábamos.

Se podría decir que le conocí a finales de septiembre, principios de octubre ya que al principio de curso iba con dos chicos nuevos (Cristina y Antonio) que habían llegado al instituto sin conocer a nadie y nos hicimos amigos, pero eso es otra historia.

Realmente el contacto lo tomamos cuando volví del crucero que fue más o menos 20-21 de Octubre, pero antes con la elección del delegado de clase también habíamos hablado un poco, pero muy poco. Así que conozco a los dos chicos prácticamente el mismo tiempo.

Él empezó a hablarme cuando el resto de la clase dejó de hacerlo. Y la verdad es que me resultó bastante extraño ya que él es el payaso de la clase, uno de los guays y yo...para que engañarnos, aunque todo el mundo sepa quien soy no quita que sea un friki de mierda y marginada de por vida.

Las cosas cambiaron ya que se empezaba a sentar conmigo en clase, me apoyaba, me defendía si hacía falta, me ayudaba si tenía algún problema...No sé, cosas que pocas, muy pocas personas hacían por mi, y bueno...siguen sin hacerlo. Me gusta estar con él, porque a simple vista parece el típico chico prepotente y guay al que te gustaría pegarle, y  a veces lo es, pero yo he sido capaz de mantener una conversación con él y es super agradable y me siento super bien.

La última vez que lo ví fue hace una semana. Vino a mi casa a por unos apuntes que necesitaba estas navidades y yo casi me deshago. Me hizo una llamada perdida para que bajara porque él tenía prisa y al bajar lo vi salir del coche de sus padres y venir corriendo hacia mi. Cuando ya estaba lo suficientemente cerca como para que le oyera gritó:

"¡Pero que guapa que eres pijo!"

Y a mi me apareció una sonrisa de gilipollas que no os la imagináis  En ese momento le doy los apuntes y me abraza. ME ABRAZA. Yo soy adicta a los abrazos, pero de quien sean, me encantan y encima fue de estos abrazos fuertes de los que no te quieres soltar de esos uff que bien que me sentó. Al separarnos me cogió la cara y me dio un beso en la mejilla de estos de abuela que dan mil besos en uno. No sé si sabéis a lo que me  refiero, pero me estaba quedando en la gloria. Justo después de eso volvió al coche y se fue.

No lo he vuelto a ver y dudo que hasta que empiece el curso lo vaya a hacer, pero espero que tenga mil dudas con los apuntes de historia para poder quedar y explicarle lo que necesite. En cierto modo me siento en deuda con él ya que este último mes ha hecho muchas cosas por mí y se podría decir que ha sido mi heroe.


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